Cuando perdemos a alguien significativo en nuestra vida (un fallecimiento o una ruptura sentimental) o algo que consideramos tremendamente valioso para nosotros (un trabajo, una casa, un rol) se inicia un proceso psicológico denominado duelo, cuyo objetivo es proceder a la recuperación de la herida psicológica que produce esa pérdida. En él caminaremos por diferentes etapas que van desde la negación, la confusión, la culpa, el enfado, la tristeza o la angustia …hasta que vamos retomando el control de nuestra vida y esta herida comienza a cicatrizar.
Duelos y separaciones
Este proceso es lo que se considera duelo “normal” y prevenir que se convierta en patológico es objetivo de terapia en los inicios de la experiencia de la pérdida (fallecimiento o ruptura sentimental, fundamentalmente). En cambio, el duelo patológico aparece cuando después de un año de la pérdida emocional persiste un estado de ánimo depresivo y de estrés significativo, afectando en otras áreas de la vida de la persona que lo padece.