Hoy la cosa va del corazón. El mes de febrero es el mes del amor por excelencia. Cogemos la fecha 14 de febrero como excusa perfecta para celebrar abiertamente el que nos encontramos enamorados como si necesitáramos una razón para hacerlo y además surge cierta vergüenza al reconocer que estamos celebrando San Valentín y nos vemos dando explicaciones a los demás.
Sin embargo, en mi opinión, deberíamos cada día buscar la manera de enamorar a nuestra pareja, nos quejamos de la monotonía, cuando nosotros somos los responsables de caer en ella. Sin embargo, ¡tengo una gran noticia! ¡Está en nuestras manos poder saltarla, esquivarla y sorprender a tu media naranja con pequeñas cositas que hacen que el día a día sea diferente, aventurero, excitante. Pero también tengo una mala noticia y es, que implica tiempo, dedicación y ser generosos, olvidarnos por un momento de nosotros mismos y observar al otro y ver qué le puede hacer feliz.
Personalmente, me cuesta esto último, me veo tan sumergida en ser madre, esposa, estudiante, ama de casa, psicóloga, que el reservar un huequito para sacar mi flecha de Cupido para lanzársela a mi pareja a diario, me es muy complicado, pero sé que no es imposible, por ello, a pesar de no ser para nada partidaria de los propósitos de año nuevo, este año si me puse y es el sonreír, abrazar y besar cada día a mi marido, que aunque me va a matar al leer el post, es un pilar robusto e indispensable en mi vida, sin su apoyo y confianza, la mayoría de mis sueños serían eso, sueños, de manera que me siento totalmente afortunada por tenerlo y por haberme dado lo más maravilloso que he creado en mi vida, que es nuestro hijo (gran tópico, pero completamente cierto).
Por ello, ¿qué os parece reservar un huequito para los otros cada día? Hoy a día… por ahora lo estoy consiguiendo ahora a continuar que este año, ¡¡logro mi propósito!!
Irene Tobías